La batalla de Navarino, librada el 20 de octubre de 1827, fue un enfrentamiento naval crucial durante la Guerra de Independencia de Grecia. En esta batalla, las flotas británica, francesa y rusa se enfrentaron a las flotas otomana y egipcia en la bahía de Navarino, situada en la región suroeste del Peloponeso, Grecia. La batalla resultó en una victoria decisiva para las fuerzas europeas aliadas, contribuyendo significativamente a la independencia de Grecia del dominio otomano.
Fondo:
La Guerra de Independencia de Grecia comenzó en 1821 con el objetivo de liberar a Grecia de más de 400 años de dominación otomana. A lo largo del conflicto, varias potencias europeas simpatizaron con la causa griega, pero se mostraron reticentes a intervenir directamente. Sin embargo, para 1827, la escalada de violencia y la posibilidad de una intervención rusa llevaron a Gran Bretaña, Francia y Rusia a formar una alianza para forzar una solución diplomática al conflicto.
(Pintura de Ambroise Louis Garneray (1783–1857)
Las flotas:
Flota europea aliada:
La flota combinada británica, francesa y rusa estaba bajo el mando del almirante británico Sir Edward Codrington. La flota constaba de 27 barcos, incluidos 10 británicos, 7 franceses y 10 rusos. Su principal objetivo era hacer cumplir el Tratado de Londres, que estipulaba un alto el fuego entre el Imperio Otomano y los rebeldes griegos.
Flota otomano-egipcia:
La flota otomano-egipcia estaba al mando de Ibrahim Pasha, hijo del gobernante egipcio Muhammad Ali Pasha. La flota constaba de 78 barcos, entre buques de guerra y de transporte, con el objetivo de sofocar la rebelión griega y restablecer el control otomano sobre la región.
La batalla:
El 20 de octubre de 1827, la flota aliada europea entró en la bahía de Navarino y se acercó a la flota otomano-egipcia anclada. Al estancarse las negociaciones entre ambas partes, la tensión se intensificó, y un disparo perdido de un barco otomano incendió el polvorín.
La batalla se desequilibró rápidamente, con la superioridad de fuego y la disciplina de la flota europea abrumando a las fuerzas otomanas y egipcias. En cuestión de horas, la mayor parte de la flota otomana-egipcia quedó hundida o inutilizada, con mínimas pérdidas para las fuerzas europeas aliadas.
(Pintura de Thomas Luny (1759–1837) - Comprar impresión
Consecuencias y legado:
La batalla de Navarino fue un punto de inflexión crucial en la Guerra de Independencia griega. La destrucción de la flota otomano-egipcia puso fin a los intentos otomanos de reprimir la rebelión griega por la fuerza. El resultado de la batalla también impulsó a las potencias europeas a aumentar su apoyo a la causa griega, lo que finalmente condujo al Tratado de Constantinopla de 1832, que reconoció la independencia de Grecia.
Si bien la batalla se celebró como un triunfo en Grecia y las naciones europeas aliadas, también tensó las relaciones diplomáticas entre las potencias europeas y el Imperio Otomano. La batalla se considera uno de los últimos enfrentamientos importantes con buques de guerra a vela antes de la llegada de los buques de vapor.
En conclusión, la Batalla de Navarino es un testimonio de la valentía y la determinación de quienes lucharon por la independencia griega. Como punto de inflexión clave en la Guerra de Independencia griega, la batalla sigue siendo recordada como un momento crucial en la historia griega y un símbolo de la lucha incesante por la libertad y la autodeterminación.